domingo, 10 de agosto de 2014

 Como me hice anarquista.

Considerando que es un artículo excelente, especialmente para la gente de habla hispana, muy  inculcada desde temprana edad en la religión mas difundida mundialmente -el estatismo-, me  tomo el atrevimiento de intentar traducir esta interesante nota de Jeffrey Tucker del 5 de Agosto del 2014, que se encuentra aqui:

http://tucker.liberty.me/2014/08/05/how-i-became-an-anarchist/



Como me hice anarquista.
Por Jeffrey Tucker
, Ago 05, 2014

Frecuentemente la gente me pregunta "¿Cuando te volviste anarquista?". No es fácil responder esta pregunta. Los cambios profundos en la perspectiva intelectual de uno no ocurren de la noche a la mañana. Primero comienzas a considerar la idea. Luego evaluas su credibilidad. Puedes incluso abrazar la idea completamente, pero solo en abstracto. El cambio intelectual real llega cuando puedes ver como trabaja la idea en el mundo real, incluida tu vida diaria. Ahi es cuando llega la confianza en la idea.

Por esta razón siempre me intrigó que alguien pudiera hacerse socialista. Es la idea menos racionalmente imaginable. Los bienes escasos no pueden ser literalmente poseidos en un basamento socialista. Prueba socializando tu computadora portátil o tus zapatos o cualquier bien de consumo o de capital. Dos personas no pueden ser simultáneamente propietarios plenos de la misma cosa. El socialismo siempre termina en control y propiedad estatal, lo que conduce siempre al desastre al implementarse finalmente. Los socialistas reales o no comprenden la idea o simplemente deciden vivir en una ilusion.

La primera vez que escuché anarquismo -del tipo propiedad privada- fue cuando ví el libro de Murray Rothbard Hombre, economía y Estado en un estante de la biblioteca de un profesor. Su título se refería directamente a temas en los que yo pensaba asiduamente en esos tiempos. Le pregunté acerca de él al profesor y se alarmó, como si yo hubiera visto algo que se suponia no deberia ver. Rapidamente me alertó contra la lectura del libro. Ominosamente me dijo "Rothbard es un anarquista". De inmediato quise leerlo, pero no podía pues dicho libro no figuraba en la biblioteca de la escuela y no podia tomarlo del estante del profesor.

En su lugar puse la idea en "pendiente" y me introduje profundamente en la tradición de libre-mercado. Cuanto mas leia mas me impresionaba. Milton Friedman tenía razón. Henry Hazlitt tenía razón. Ludwig von Mises tenía razón. Leonard Read tenía razón. Esta tradición en su totalidad, retrotrayendome hasta Adam Smith fue realmente algo espectacular. El mundo trataba de manejar las economías via mandatos Estatales y solo conseguía tremendos errores. Solo la libertad y la propiedad privada son verdaderamente productivas, creativas, progresistas y potenciadoras de todos en la sociedad.

aún así, cada uno de estos pensadores se detuvo muy cercano a decir que realmente no se necesita ningún Estado. Todos parecian concordar en que se necesita un Estado para mantener la paz... Es todo lo que nos separa del caos total... Sin Estado no habriamos conseguido ni el primer paso hacia el orden social...No habria camino garantizado hacia la seguridad...Los bienes y servicios esenciales no serian provistos. No habría cortes ni militares y quizas ni siquiera rutas. El Estado provee las cosas que el mercado no. Asi al menos lo pensamos.

Con el transcurso del tiempo, estas ilusiones se hicieron astillas una por una. Los caminos, las comunicaciones y aún los bienes publicos legendarios tales como los faros -desde una perspectiva puramente histórica- fueron provistos por el libre mercado. Despues los gobiernos se apoderaron de ellos. ¿Las cortes? En los 80's las cortes gubernamentales estaban tan atiborradas y eran tan ineficientes que los comerciantes e individuos no querian hacer uso de ellas. El arbitraje privado fue una opción mucho mejor. aún en los negocios corrientes los contratos fueron escritos de manera que cualquier disputa tenía que resolverse en cortes privadas.

Eso significó a mi mente que ni dichos servicios eran algo exclusivo del gobierno; podían ser provistos exclusivamente por el libre mercado. No es el Estado quien nos mantiene seguros en el dia a dia, sino nuestras propias precauciones y medidas preventivas tales como cajas de seguridad, armas y servicios de vigilancia.

Todo esto me sucedía en los años de la Guerra Fria. El holocausto nuclear nos amenazaba diariamente. Nos rodeaban enemigos extranjeros. Los comunistas querian nuestra forma de vida. Hasta parece un poco alocado hablar hoy de esto, conocido cuan increiblemente pobres y pateticos todos los paises del bloque Sovietico se revelaron despues de 1989. Pero en ese tiempo era atemorizante. No podiamos desarmarnos como nación porque arriesgariamos nuestra forma de vida.

Mientras leia historia comencé a encontrar cosas interesantes. El Espanto Rojo fue algo que inundó y decayó por ciclos en la historia de los EE. UU. La gente estaba aterrorizada de los comunistas en los 1920's tanto como en los 1980's. En el medio estuvo ese misterioso período en que los líderes norteamericanos y soviéticos fueron aliados cercanos en la lucha contra los alemanes y los japoneses.

De hecho, Estados Unidos hizo muchas cosas para mantener el régimen soviético en el poder, y despues de la 2a. Guerra Mundial los propios EE. UU. ayudaron a convertir a Europa Oriental al control sovietico. Repentinamente despues de eso los soviéticos volvieron a ser enemigos nuevamente. Fue para concitar la atención que George Orwell escribió "1984" (una rotación de 1948), en 1949.

Estos hechos comienzan a complicar el cuadro. No necesito recorrer el revisionismo histórico completo, pero alcanza mencionar que la imagen de los EE. UU. en guerra en el siglo XX resulta mucho menos clara de lo que aparece en los semanarios de noticias sesgados ideológicamente. La Guerra Fria no fue una historia de angeles y demonios, a pesar del impulso nacionalista a brindar por nuestro propio Estado. Fue una lucha entre Estados, donde ambos se inclinaron hacia el mentir a sus poblaciones y favorecer el conflicto sobre la paz. Fue imposible no darse cuenta que cuanto mas los EE. UU. ampliaban su máquina de guerra contra el comunismo, mas el gobierno amenazaba la libertad americana localmente. Es evidente que la guerra nunca fue amiga de la libertad.

Mientras tanto comencé a darme cuenta que si los EE. UU. fuesen alguna vez realmente invadidos por un enemigo extranjero, los gobiernos podrian ayudar, pero tambien dañar imponiendo la Ley Marcial, nacionalizando las industrias y retirando armas, como los gobiernos tienden a hacer en emergencias. En la practica seran los ciudadanos privados y sus mercados los que seran decisivos en derrotar a los invasores mediante medios privados: nuestras propias armas, aparatos de seguridad, redes de amigos y los esfuerzos individuales y comuitarios.

Tal como yo pienso es una idea risible que podemos depender del gobierno para toda nuestra protección. Basado en la experiencia, el gobierno causaría mas daño simplemente porque los gobiernos tienden a usar las emergencias para su propia ventaja y la de los que los potencian (intereses especiales). aún peor, la gente con poder tiende a alentar e incluso crear emergencias cuando tienen el poder para hacerlo.

Este fue el curso de mi desarrollo a lo largo de un período de probablemente cinco años. Finalmente un dia me detuve en mis huellas y me pregunté: ¿Hay alguna cosa que el gobierno hace que necesite ser hecha y que no pueda ser hecha mejor y con mayor eficiencia mediante libre asociación?

Mantuve esta pregunta girando en mi mente. No conseguí pensar en otra respuesta excepto que no hay nada que haga el gobierno, que merezca ser hecho, que no pueda ser mejor realizado a través de la libre asociación. Fue un pensamiento atemorizante. ¿Estaba volviéndome anarquista? ¿Iría ese pensamiento a cambiar mi vida? ¿Si continuara  en esa dirección estaría haciendo algo terriblemente irresponsable? Encontré tranquilidad en la posibilidad que yo aún no había llegado hasta el final, que quizás había algo sobre la forma en que habia formulado la pregunta, que no me impidió reparar en algun pequeño aspecto del gobierno, que podria abrazar para no tener que considerarme loco.

Fue en el lobby de un hotel donde Murray Rothbard se alojaba en que finalmente le formulé esa pregunta. Se la hice con franqueza. ¿Si respondo no a la mencionada pregunta asi formulada, significa que soy un anarquista? Murray dijo sí. Aclaré un poco mas: ¿Si concluyo que el Estado no contribuye en nada al orden social y no puede hacer mejoras a lo que creamos por nosotros mismos, soy un anarquista? Dijo sí nuevamente. Respondí: Bien, supongo que lo soy. Le brotó una sonrisa, apreto mi mano vigorosamente y con exhuberancia me felicitó con su bien conocida expresión de júbilo. Bien, supuse que la proeza estaba hecha.

Pero aún estaba equivocado. La proeza intelectual habia sido hecha, pero era aún muy fácil conservar la idea como una abstracción, nada que afectase mi labor diaria o mi vida. Una cosa es tener alguna lejana visión de la luz, pero otra cosa es ver que la luz nos rodea. Este paso tomó muchos años mas pensando sobre particulares tales como, los derechos humanos, mercado de servicios, las construcciones de la libertad, la forma en que el Estado funcionó en la historia y la forma en que lo hace hoy. Las etapas finales de este proceso del pensamiento estaban a varios años de ser hechas.

Lo que gradualmente descubrí en el curso de mi vida diaria es que el anarquismo está en todo lo que nos rodea. El Estado no nos despierta en las mañanas, hace nuestras camas, teje nuestras sabanas, construye nuestras casas, hace andar nuestros autos, cocina nuestra comida, nos hace trabajar duro, produce los libros que leemos, llena nuestras casas de devocion, elije nuestros amigos y amores, ejecuta la música que nos gusta, produce las peliculas que miramos,cuida nuestros niños, atiende a nuestros padres, elije donde iremos de vacaciones, dicta nuestra conversaciones, embellece nuestro tiempo libre, ni nada de muchisimas cosas mas.

Estas son todas cosas que hacemos nosotros mismos. Le damos forma a nuestro propio mundo. Ejercitando la voluntad humana, todos trabajamos para hacer ordenadamente el mundo que nos rodea. Todos trabajamos desde nuestro -correctamente entendido- interés propio para encontrar formas de tener una buena vida y trabajar con otros sobre la base del beneficio mutuo, observando que nuestras buenas vidas no sean a costa de los derechos y libertades de otros. Las cosas bellas de nuestra vida provienen de la libertad. Esto es verdad en el mundo entero. Siempre ha sido verdad. Una bella anarquía es la gran fuente de civilización por si misma.

¿Qué rol juega el Estado? Interfiere. Nos quita la prosperidad, reduciendo nuestra riqueza personal a todos. Bloquea oportunidades mediante regulaciones y la creación de carteles. Mucho peor que eso: busca formas de iniciar guerras, se entromete en nuestras familias, castiga comportamientos pacíficos que no dañan a otros, demora el desarrollo en miríada de formas. El Estado es la gran externalidad. Es exógeno a la misma sociedad. La mayor parte del mundo funciona a su manera y no obstante la civilización florece porque la gente lucha  para ignorar el Estado tanto como sea posible. ¿Que si desapareciese? No veo detrimento real alguno, sí, en cambio grandísimas ventajas.

Y aún permanece el problema de aquellos que nos advierten del apocalipsis si el Estado desaparece. La mayoría de la gente que cree en el gobierno limitado (minarquista) conjura con esta idea. aún grandes pensadores como Ludwig von Mises y Henry Hazlitt lo creyeron. Todos ellos aceptan alguna versión de la pesadilla conjurada por Thomas Hobbes: En ausencia del Estado la vida sería sórdida, solitaria, brutal y corta. Bueno, lo escribió durante un período de cataclismo político, un tiempo en el que tribus religiosas luchaban para controlar el Estado. La vida sin el Estado hubiera sido exactamente de esta forma, pero precisamente por la presencia del Estado, no por su ausencia.

No profundizaré en cada permutación de esta noción, ni intentaré refutar cada "justificación" del Estado en este espacio. Solo mencionaré una intuición muy común que mucha gente tiene. La gente dice que no es un gran punto eliminar el Estado porque la gente creará otro en su lugar. No dudo que esta afirmación es verídica. La gente tiene la ilusión que el Estado es una contribución importante para la sociedad. Ellos quieren lideres que ordenen desde arriba, aún conociendo la contracara.

Pensemos en Samuel de las Escrituras Hebreas. La gente fue a él queriendo un rey. Él les alertó que un rey tomaría sus propiedades, pondría a sus hijos bajo esclavitud, iniciaría terribles guerras y, eventualmente, esclavizaria a todos. No importó: querían un rey de cualquier forma.

Esta es la forma de ser de las personas. Algunas veces piden por su propia esclavitud. Esa es la razón por la que el Estado continua reinventándose. Todo el crédito va para los que al menos entienden que debe ser limitado al menos en caso de existir. Pero tales límites nunca han funcionado. Por eso es que es mejor permitir que la sociedad florezca sin uno.

El gran proyecto de libertad es iluminar a las personas contra la persecusión de la ilusión que un Estado puede ser amigo y benefactor de la vida humana. Esto es en lo que consistió la revolución liberal de finales de la Edad Media, a través del Iluminismo. Necesitamos entender la belleza de la libertad si queremos alcanzarla.

Desde la llegada de la era digital nos fue posible observar el asombroso poder creativo de la voluntad humana de primera mano. Cada nanosegundo individuos en todo el mundo estan trabajando para crear nuevos tipos de asociaciones, instituciones, capital y medios de prosperidad. Estamos viendo desenvolverse delante de nuestros ojos cosas que jamas imaginabamos posibles hace una década. Recién comienza. Estamos a nivel del suelo en instituciones tales como impresión 3-D, monedas alternativas y civilizaciones basadas en la "nube", capaces de brindarnos mas libros, videos, arte y sabiduría que ningún ser humano en las pasadas eras podria haber adquirido en varias vidas de existencia. Este mundo emergente esta transformando nuestras vidas. Advierta: ningún Estado lo hizo, ningún Estado aprobó esto y ningún Estado lo guía.

Finalmente, permítaseme admitir que mi anarquismo es probablemente mas práctico que ideológico, lo que es inverso de lo que fué para la mayoría de los pensadores anarquistas de la historia bien conocidos. Veo la volición y la acción humanas sin cumplir órdenes. Lo encuentro inspirador. Libera mi mente para entender que es realmente importante en la vida. Puedo ver la realidad por lo que es.

El anarquismo no es una lejana ideología que me agranda por un mundo sin Estado, sino realidades prácticas de la lucha humana por hacer algo de este mundo a través de nuestros propios esfuerzos. Solo los humanos podemos superar el gran curso de escaseces que el mundo nos impuso. Hasta aquí solo puedo decir que el Estado es, en lo mejor, la gran incomodidad que frena el maravilloso proyecto de construir la Civilización .

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